Emerenc

En la sesión del club de lectura que dedicamos ayer a La puerta de Magda Szabó, el debate giró en torno a Emerenc, un personaje controvertido que a nadie quedó indiferente: algunos de los asistentes se fijaron más en los aspectos negativos de su personalidad, como la terquedad y las reacciones violentas, mientras que otros destacaron sobre todo su altruismo y generosidad.

Benito comenzó su presentación de la autora leyendo este texto de la propia Magda Szabó que pone de manifiesto el misterio de la obra literaria: “El día que muera llevaré conmigo todos mis secretos y no habrá historiador literario que sepa distinguir cuándo he sido quién, cuál de los personajes me representaba a mí misma o cuál de los personajes era real de cualquiera de mis obras». 

Siguió con datos sobre su vida: el nacimiento en Debrecen, Hungría el 5 de octubre de 1917 en el seno de una familia protestante, burguesa e ilustrada, y el fallecimiento en Budapest el 19 de noviembre de 2007. La doble Licenciatura en Filología Latina y Húngara en la Universidad de Debrecen y el matrimonio con el también escritor y traductor Tibor Szobotka.

Su carrera como escritora comenzó con un libro de poemas Cordero, en 1947.  Dos años después, publicó Regreso a lo humano. En 1949, le concedieron el Premio Baumgarten de literatura, pero le fue arrebatado por razones políticas, pues el trabajo  de Szabó no cumplía con las normas del realismo socialista. Durante el régimen estalinista de Mátyás Rákosi, entre 1949 y 1956, no se le permitió publicar sus obras y se dedicó a traducir y a dar clases como maestra en una escuela elemental. Fueron poco más de ocho años de silencio, en los que se unió al grupo disidente Nueva Luna, que a modo de protesta había decidido no crear arte, sea literatura, pintura o música como tampoco tener hijos: era la negación de la propia existencia, la forma que encontraron de rechazar al gobierno comunista.

En estos años de involuntario silencio abandonó la poesía, que le resultaba demasiado rígida para expresar sus pensamientos, y  escribió su primera novela, Fresco, que logró un gran éxito de crítica y público. En 1959, se editó El cervatillo, donde criticaba al régimen comunista húngaro de la época. Recibió numerosos premios como novelista en Hungría, y sus obras se publicaron en más de 40 países. En 2003, ganó el premio francés Prix Fémina a la mejor novela extranjera por La Puerta publicada en Hungría en 1987, dos años antes de la caída del comunismo en Europa. Su novela Abigail, aparece también entre las diez más populares para los húngaros. 

La Puerta, escrita cuando tenía 70 años, es un ejercicio de literatura notable e intenso. El relato provoca esa ansiedad por lo oculto, por descubrir lo no narrado, lo que puede encontrarse detrás de ese umbral inaccesible, que simboliza la puerta. Algo que solo debe pertenecer a nuestro mundo secreto. Mencionó también la versión cinematográfica de esta novela, realizada en 2012, con Helen Mirren como actriz protagonista y bajo la dirección de István Szabó.

Finalmente, Benito resumió su opinión sobre la novela con estas hermosas palabras, que suscitaron un aplauso unánime entre los asistentes a la sesión: “Han pasado 15 años desde la muerte de Magda Szabó. Quizá pensemos que es el momento de cruzar el umbral y abrir definitivamente la puerta que desvele los secretos de la autora. Yo, no lo haría, a no ser que queramos desatar de nuevo la caja de los truenos y arrastrar eternamente la culpa de ser cómplices, como lo hemos sido, de la muerte de Emerenc que no quiso vivir más después de ser derribados los soportes que habían sostenido su existencia y el aura mítica que la envolvía. Amistad, dolor y misterio. Que este libro sea el inicio de una apasionada relación entre nosotros, sus lectores, y la gran novelista húngara”.

Siguió Paco, a quien La puerta le había gustado sólo a medias, pues reconoció que está bien escrita, pero aparenta más de lo que dice, a diferencia de otras novelas, que cuentan historias de amistad, como, por ejemplo, El último encuentro de Sándor Márai, donde dos hombres ya ancianos se citan, tras cuarenta años sin verse. No le había encontrado sustancia a las continuas discusiones y peleas entre Emerenc y Magda, aunque reconoció que había disfrutado leyéndola.

Igualmente, María Jesús esperaba más de lo que se oculta detrás de las sucesivas puertas simbólicas, aunque confesó que la lectura la había tenido enganchada todo el tiempo. Es la historia de una amistad entre dos mujeres, pero la relación está desequilibrada. Se desvela la personalidad de ambas a partir del contacto que tienen entre ellas. El momento que más le había conmovido, por su ternura, es cuando Emerenc, que se encuentra en el hospital, le mordisquea los dedos de la mano a Magda. Destacó también algunos pasajes de humor, por ejemplo, cuando la sirvienta les lleva los objetos usados, que había recogido en la calle, y cómo reaccionan sus amos. Emerenc es un personaje de contrastes, ambiguo, lo cual le había interesado. Finalmente, comentó que cuando este personaje pierde a la ternera en el tren, le había recordado el cuento “Adiós, cordera” de Clarín.

Enrique dijo que es una novela muy respetable, pues refleja un gran dominio del arte de la narración. Sin embargo, en buena parte de los capítulos, se relatan cosas anodinas, sobre todo relacionadas con el trabajo de la protagonista, aunque tiene una parte final heroica, de gran aliento literario, que es la que se refiere a su muerte. La personalidad de Emerenc le parece bien definida, pero la crítica al régimen comunista de Hungría es, en su opinión, demasiado suave.

A Carmen le gusta cómo escribe Magda Szabó, sobre todo por lo que no dice, aunque también esperaba algo más de la novela. La lectura se le había hecho corta, sobre todo por los contrastes entre Emerenc y Magda; por cómo, después de las tremendas discusiones entre ellas, vuelven a ser amigas, en una relación de amor-odio. La segunda le había dado pena por la falta de recursos que demuestra en su relación con la sirvienta, por su falta de resolución.

Miguel valoró positivamente cómo está escrita; pero confesó que le producía rechazo lo que contaba, que, en su opinión, es lo peor de la naturaleza humana. En este sentido, recordó el caso de Puerto Hurraco, pueblo extremeño donde se produjo una matanza, a causa de odios acumulados durante años. Por eso, no le gustaría vivir con un personaje tan irracional, como Emerenc. La clave de la historia está en el viaje que Magda realiza a Nádori-Csabadul, pueblo donde nació su sirvienta y al que esta no quiere regresar. Comentó que no encuentra sentido ni explicación a la convivencia entre estos dos personajes tan contradictorios.

Víctor se refirió a los descuidos en la traducción de la novela, pues había localizado algunas incorrecciones y faltas de ortografía, lo cual le había afectado negativamente en la lectura. Le parecen agotadoras las peleas continuas entre las dos mujeres protagonistas; pero, en cambio, le había interesado cómo se plantea el tema del suicidio y las discusiones teológicas entre Emerenc y Magda.

Para Bela la vida de Emerenc es como un puzle cuyas piezas ha ido distribuyendo ella misma entre sus conocidos, de tal manera que sólo al final, una vez muerta, lo tenemos completo. Eso explica que Magda se entere en el entierro de su asistenta de que ella la considerara como una hija: “–Usted fue la niña de sus ojos, era prácticamente como su hija. Pregúntele a cualquiera en el barrio, le dirá que la llamaba a usted «la hija», sin más. ¿Y de quién cree que hablaba siempre en los escasos descansos que se permitía hacer la pobre en el trabajo? Pues de usted, señora”. 

Hablamos del título, que representa el secreto guardado por Emerenc, tras la puerta cerrada a cal y canto a los demás, que son sus gatos, su familia, como llega a decirle a Magda, porque teme que, si la abre, se los quitarán o acabarán con ellos, como hicieron con el que apareció ahorcado. Magda, que también guarda un secreto, abre su puerta a los lectores, al escribir la novela; pero, en realidad, todas las personas, ocultamos una parte íntima que no queremos compartir con los demás.

La intencionalidad con la que se escribe la novela nos la cuenta Magda al principio: “La presente obra no se ha escrito para Dios (…) dedico este libro a los hombres. He vivido con valentía hasta ahora y espero morir así, con coraje, sin mentiras, y para ello es necesario que declare de una vez por todas que yo maté a Emerenc. Yo quería salvarla, y no destruirla, pero eso no cambia nada”.

La intriga emana de los personajes y se genera desde las primeras líneas, pues nos preguntamos por qué la narradora se siente culpable de la muerte de Emerenc. Igualmente despierta nuestro interés el enigma en torno a esta mujer y su casa, lo cual iremos conociendo gradualmente.

Se consideró un acierto la estructura cerrada de la novela, que comienza con un capítulo titulado “La puerta”, donde se menciona el sueño recurrente de la narradora, que está delante de una puerta, tratando infructuosamente de abrirla, para que el personal de urgencia, que ha llegado en una ambulancia, pueda entrar  y atender a un enfermo, y finaliza con otro capítulo donde se hace referencia al mismo sueño.

Entre los temas que aparecen en La puerta, comentamos los siguientes:

La amistad

Lentamente se van fraguando lazos de amistad entre Magda y Emerenc, a pesar de que a la primera le cuesta entender las extravagancias de la segunda, y esta a su vez, en un principio, marca distancia en la relación. La amistad conoce momentos de ruptura, como el abandono del trabajo por parte de la sirvienta, cuando Magda y su marido no aceptaron poner sus regalos en lugares destacados de la casa; pero a estos momentos le siguen otros de reconciliación, con lo cual el aprecio mutuo se fortalece. 

La religión 

La viven de diferente manera: la creencia de Magda se basa en el respeto a la tradición y asistir a misa los domingos es una ocasión de recordar a sus padres difuntos; en cambio, Emerenc identifica la iglesia con la gente pudiente, en concreto con las damas de la caridad, por eso, permanece alejada de ella, aunque estima a José, el carpintero, y a Jesús, que murió víctima de una confabulación política, porque son personas normales y trabajadoras, y siente pena por la Virgen María que sufrió por la muerte de su hijo. 

El trabajo manual frente al trabajo intelectual

Para la sirvienta el trabajo que merece la pena es el manual: limpiar la casa o barrer las calles del barrio; pero el trabajo intelectual, como el del marido de Magda, que es profesor, o el de esta misma, que es escritora, le parece un modo de vida ocioso: “Emerenc sostenía que la labor intelectual no era más que simple holgazanería, casi comparable a trucos de magia barata”. De hecho consideraba a los intelectuales como parásitos de la sociedad.

Sin embargo, Magda tiene una opinión muy diferente sobre su oficio: “el oficio de escritor es de una servidumbre durísima, no puedes bajar la guardia en ningún momento porque, si abandonas las frases a medio hacer, se rebelan, se van por otro camino y, si las recuperas, tienes que enderezarlas para que encajen en la nueva estructura”.

El sistema comunista

Se elogia de este sistema la oportunidad que dio a las capas humildes para estudiar y medrar en la escala social: “Cualquier mujer provista de una mente tan lúcida, con la capacidad para el análisis y el frío razonamiento lógico que yo atribuía a Emerenc, habría aprovechado la coyuntura progresista que, tras la Segunda Guerra Mundial, se abrió para las capas humildes”.

Pero se crítica del mismo, por ejemplo, la marginación de los intelectuales y artistas: “a mí personalmente ese poder pretendía quitarme de en medio censurando mi obra literaria y obligándome a aislarme en un gueto privado, junto con mi marido, ya bastante humillado hasta el punto de ver secada su vena creativa”. De hecho, la autora reconoce que su carrera literaria se vio interrumpida durante diez años a causa de la censura. 

El suicidio

Pollet y Emerenc preparan el suicidio de la primera, con total naturalidad: “Si no deseaba seguir viviendo, nadie tenía derecho a obligarla. Yo le dicté la carta que debía dejar, y así lo hizo, haciendo constar que: Yo, Pollet Dobri, de estado civil soltera, termino mis días por propia voluntad. Tomo la presente decisión motivada por mi grave estado de enfermedad, unido a la vejez, y sobre todo, al abandono…”

“Los abuelos Grossmann, tras organizar la fuga de sus hijos y colocar a la pequeña Éva en un lugar seguro, se tomaron una buena dosis de cianuro. Yo fui quien los descubrió muertos, tendidos en la cama de matrimonio; desde entonces, solo puedo dormir en un sillón”.

Y la propia Emerenc está dispuesta a dejarse morir en el hospital, después de que la hayan sacado por la fuerza de su casa y hayan violado su intimidad, guardada con celo durante años.

En cuanto a las protagonistas de la novela, coincidimos en que se produce una inversión de papeles entre la escritora y su asistenta, puesto que la primera, que es la más fuerte porque, en teoría, es la que manda, cede esta función dominante, poco a poco, a la segunda, que acaba controlando la relación, la que regula “la temperatura afectiva”.

Emerenc rebosa fuerza y vitalidad, y es una mujer altruista, pues da sin esperar nada a cambio, hasta el punto de que necesita ser generosa, procurar el bien ajeno, para sentirse realizada. Como le dice Tibor a Magda: “Vivir en continua agonía para que acuda a salvarnos, es lo más conveniente”. Pero es terca y con reacciones imprevisibles, a veces violentas. En el fondo se siente sola.

Magda, que es trasunto de la autora, tiene un carácter más abierto, ya que le gusta hablar con los demás, aunque esconde un gran hermetismo. Demuestra mesura y racionalidad, pero también escasos recursos para enfrentarse a las situaciones de tensión que provoca su asistenta.

Nos preguntamos, con cuál de las dos mujeres, Emerenc o Magda, nos identificamos más y concluimos que para vivir en sociedad necesitamos ser más como la segunda que como la primera, aunque los valores indudables de esta nos parecen encomiables. 

Se coincidió en valorar el lenguaje en el que está escrita La puerta, con evidentes rasgos líricos que reflejan la condición de poeta de Magda Szabó, como este fragmento donde Emerenz recuerda la tormenta que provocó la muerte de sus hermanos gemelos: “Tronaba con tanta fuerza como nunca lo había hecho, creo, a lo largo y ancho de esta región; fue un huracán terrible y destructor. En un momento el cielo se transformó en un fuego vivo, como si hubiesen encendido una caldera entre las nubes haciendo que todo ardiera con una luz morada, no negra como suele ser en una ventisca normal. Su sonido estridente, ese bramido arrollador que recorría todo el firmamento, me desgarraba los oídos y me ensordecía”.

Finalmente, comentamos las numerosas referencias mitológicas, quizá debidas a la formación académica de la autora, y el vínculo de la novela con el realismo mágico, como el pasaje en el que los muebles del siglo XVIII, que Emerenc guardaba en la habitación interior de su casa, se desmoronan a cámara lenta hasta formar un montón de serrín en el suelo, “como si una sustancia misteriosa los hubiera mantenido intactos hasta el instante en que unos ojos humanos volvieran a verlos para comprobar su fantasmal existencia”.

Próxima lectura: Un amor de Sara Mesa, novela corta de la que hablaremos el 19 de mayo, jueves, a las 18 horas, en el Albergue Juvenil.

Guion sobre La puerta

GUION PARA EL DEBATE

(Sesión del 27 de abril, miércoles, a las 18 horas, en el Albergue Juvenil)

  1. Presentación de la autora en su época a cargo de Benito Vaquero
  2. Opinión breve sobre la novela
  3. Título: posible significado simbólico
  4. Intencionalidad: ¿por qué razón se escribe?, ¿qué declara Magda en las primeras páginas?, ¿está justificado su remordimiento? 
  5. Punto de vista narrativo: ¿desde qué perspectiva se cuenta la historia?, ¿a quién corresponde la voz narradora?
  6. Contexto: ¿en qué época histórica se sitúa?
  7. Espacio
  8. Estructura Externa: ¿desde el punto de vista formal, en qué partes  se divide la novela?
  9. Estructura Interna: ¿cómo se organiza, teniendo en cuenta el desarrollo interno de la historia?, ¿se puede hablar de una estructura circular?, ¿se cuentan los hechos de forma lineal?
  10. Intriga: ¿cómo se genera?, ¿mediante qué mecanismos se despierta el interés del lector?
  11. Temas: La amistad, La religión: ¿qué dos formas de vivirla aparecen?, El sistema comunista: ¿qué aspectos se elogian y qué otros se critican?, El amor a los animales, El exterminio nazi, El altruismo, Los afectos: ¿se pueden regular?, La independencia de la mujer, El trabajo manual frente al trabajo intelectual, El suicidio, Las mentiras piadosas: ¿son aceptables?
  12. Personajes: Emerenc, Magda, Su marido, El teniente coronel, Polett
  13. Estilo: Lenguaje, Referencias mitológicas y culturales, Realismo mágico
  14. Próxima lectura

La homosexualidad en una sociedad hostil

Este es el tema principal que se plantea en El poder del perro de Thomas Savage, novela de la que hablamos ayer, miércoles, en el club de lectura. Una homosexualidad que se vive como un auténtico drama por quienes la muestran explícitamente, como Peter, y por quienes la mantienen oculta, como Phil.

Miguel Osuna, en la presentación, se refirió a algunos aspectos de la vida del autor: el nacimiento en Salt Lake City en 1915; el divorcio de sus padres cuando tenía dos años; el traslado, a raíz del nuevo matrimonio de su madre,  al rancho de ganado Brenner, en el condado de Beaverhead, donde se sintió un inadaptado; sus estudios en el Montana State College, donde conoció a la que luego sería su mujer, Elizabeth Fitzgerald; etc.

Explicó que los ranchos del Oeste americano y las Montañas Rocosas proporcionan el telón de fondo para la mayoría de las novelas de Thomas Savage, donde describe a familias impulsadas por la fuerza y la pasión de sentimientos no expresados. Sus obras también describen el viaje de los Estados Unidos hacia la modernidad: desde el Viejo Oeste, la fiebre del oro y la expropiación de los indios, hasta la Gran Guerra y la Recesión de 1929, pasando por la llegada del tren, el automóvil, la publicidad o incluso, la radio. 

Aunque escribió 13 novelas, tuvo su primer éxito tarde con El poder del perro, única traducida al español y que recientemente ha sido llevada al cine. En ella se pueden reconocer los principales aspectos de la vida del escritor: una infancia en ranchos de vacas y ovejas en las montañas entre Idaho y Montana; una madre alcohólica que tiene su correlato en el personaje de Rose; el abandono por un tiempo de su esposa e hijos para vivir una apasionada relación con Tomie de Paola, un ilustrador de cuentos para niños veinte años menor que él; etc. Murió en Virginia Bracho el 25 de julio de 2003.

El turno de opiniones lo inició Carmen a quien le había gustado El poder del perro porque es fácil de leer y sobre todo por lo que no dice, por lo que sugiere. En este sentido, le había recordado a otras novelas de las que hemos hablado en el club de lectura, como Paradero desconocido, de Kressmann Taylor, seudónimo de una autora que, como Thomas Savage, también fue poco conocida en su época, o El túnel de Ernesto Sábato. En particular, destacó el paisaje que refleja la situación anímica de los personajes: la soledad, el aislamiento…

Benito la calificó de excelente por sus valores literarios y porque el tema que aborda tiene plena actualidad: el drama de los homosexuales en sociedades intolerantes, como la de Beech, aldea de Montana, en Estados Unidos, a principios del siglo XX. Aparecen dos perfiles: el que expresa su homosexualidad explícitamente y el que la reprime, mostrando una imagen ruda e hipermasculinizada. Este, además, encarnado por Phil, deriva hacia la violencia contra otros personajes, como Johnny y Rose, y el hijo de ambos, Peter, que acabará tramando una venganza insospechada. En la novela, muy valiente y ambiciosa para la época en que se publicó, 1967, no se evitan términos con connotaciones peyorativas para referirse a los homosexuales, como “sissy”.

Paco comentó que es un libro interesante por cómo está escrito; por la utilización del punto de vista narrativo; por las evocaciones de Bronco Henry, un personaje que no aparece, pero que condiciona la vida de los demás; etc. Sin embargo, no le gusta cómo se enfoca el tema de la homosexualidad, ni le parece creíble Rose, quizá por la mediación del narrador para referirse a ella, con la técnica del estilo indirecto libre.

Bela manifestó que la novela le había gustado más que la película, en especial, las descripciones detalladas de los personajes y cómo vamos conociéndolos psicológicamente en su relación con los demás y por los hechos que van sucediendo. También destacó el tratamiento del paisaje que impregna toda la novela y refleja el carácter de estos personajes. Como ha dicho el propio autor, en una entrevista: “Siempre creí que el paisaje forma a la gente”. Finalmente, comentó que, a pesar de su dureza, El poder del perro tiene momentos de mucha ternura, como la relación entre Rose y George.

Víctor valoró también la complejidad de los personajes, que se muestran en todas sus aristas, desde el Viejo Caballero y la Vieja Dama, pasando por sus hijos que sorprendentemente duermen en la misma habitación, a pesar de vivir en una casa tan grande, hasta Johnny Gordon, el padre de Peter, que se suicida. También le han interesado los temas colaterales que aparecen en la novela, como la discriminación de los indios que fueron obligados a desplazarse a las reservas, que eran terrenos áridos e improductivos.

Miguel la considera una buena novela, aunque no excepcional, porque no aprovecha temas para él relevantes, como el de la expropiación de los indios. Destacó dos capítulos: el segundo, donde aparece Johnny, un personaje que no está suficientemente desarrollado, aunque condiciona buena parte de la novela, ya que Peter trama la venganza en gran parte por las humillaciones que había sufrido su padre; y el último, donde se sugiere sutilmente la muerte de Phil. Este personaje le parece ejemplar en el contexto del Oeste americano, con la excepción de su homosexualidad que sólo conocemos indirectamente.

Finalmente, a María le había gustado bastante, aunque preferiría no haber visto antes la película homónima, que recoge muy bien la atmósfera del relato y va mostrando la psicología de los protagonistas de la historia, sugiriendo más que diciendo. Coincidió con otros asistentes a la sesión en que el paisaje y el estado de ánimo de los personajes se aúnan. Y en cuanto a la violencia de Phil, cree que se explica por el hecho de vivir la homosexiualidad en un medio tan hostil. 

Como Thomas Savage demuestra una gran capacidad para penetrar psicológicamente en los personajes, empezamos el debate propiamente dicho hablando de estos. La técnica que utiliza para esta penetración es el estilo indirecto libre (el narrador reproduce con sus propias palabras el pensamiento de sus personajes). Por ejemplo, cuando Peter le toca el brazo a Phil y le ofrece las tiras de cuero crudo para finalizar la cuerda, sabemos lo que piensa y lo que siente éste, gracias a esta técnica: 

“Oh, por supuesto. Era posible que la oferta del chico no fuera más que una manera vulgar de salvarle el pellejo a su madrecita. ¡Pero quería trenzar como él! ¡Qué otra razón podía tener el chico para acumular cueros crudos si no fuera que quería trenzar como él! ¡Emularlo! (…) El chico quería convertirse en él, de la misma manera que Phil, en una sola ocasión, había querido unirse a alguien, y ese alguien ya no estaba, había muerto arrollado (…) Ah, Dios, Phil casi había olvidado lo que el roce de una mano podía hacer y su corazón contó los segundos en los que la mano de Peter estaba sobre él y se regocijó por la calidad de esa presión. Le decía lo que su corazón necesitaba saber”.

Phil, en efecto, tiene dos caras contrapuestas: por un lado es un gran lector, inteligente, brillante conversador, buen jinete, sensible y habilidoso con sus manos; pero, por otro lado, es homófobo, misógino, provocador e incluso cruel por sus comentarios despectivos, especialmente sobre las personas débiles, como Johnny, Rouse y Peter. Parece obsesionado con mostrar una imagen de rudeza y virilidad, quizá como una forma de ocultar su homosexualidad. Es el perro del título, que el propio Phil ve en la colina persiguiendo a su presa, como él mismo hacía con los demás.

George, por el contrario, apenas habla, carece de sentido del humor, es lento para aprender y no le gusta la lectura. Sin embargo, demuestra amabilidad, decencia, ternura y determinación en su comportamiento.

En relación a Phil y George, se afirma en el posfacio: “Sería fácil ver a los hermanos como personificaciones del bien y el mal, como Abel y Caín, como el débil y el fuerte, como el normal y el peculiar”.

Rose, después del suicidio de su primer marido, se casa con George contra la opinión de Phil que la desprecia, porque cree que sólo busca su dinero. La hostilidad de éste acabó atemorizando a Rose hasta el punto de sufrir jaquecas continuas y caer en el alcoholismo. Su inseguridad es extrema: “No podía ser nada a menos que alguien creyera en ella, nada de nada. No podía ser otra cosa que lo que alguien creyera que era”.

Peter, su hijo, fue un niño enfermizo que preferiría los libros y la soledad al trato con los demás. Le gustaba contemplar su propio reflejo en el espejo y salir a caminar de noche. En la escuela lo hostigaban y le llamaban mariquita, lo cual le producía pánico. Es muy ordenado y, en la universidad, se siente verdaderamente feliz. Tiene una omnívora curiosidad por la medicina y las plantas silvestres. Es frío y calculador, hasta el punto de tramar una venganza sofisticada.

Bronco Henry es un personaje no visible, pero cuya presencia sentimos, porque se alude con frecuencia a él. A través de Bronco Henry, vamos conociendo el pasado que oculta Phil, pues éste se refiere a él continuamente, quizá porque tuvo una relación amorosa con él o al menos existió una fuerte atracción entre ambos. Es el vaquero ideal de su juventud. Murió en un accidente.

Johnny Gordon, padre de Peter y primer marido de Rose. Es un hombre bueno, aunque apocado, que trabaja como médico en Breech. Tenía un don para los diagnósticos que le pasó a su hijo; pero se sentía un fracasado y bebía demasiado. Fue humillado y golpeado en la taberna por Phil, que llamó a Peter mariquita. Después de este incidente, dejó de beber y de hablar con los demás, y acabó suicidándose.

Coincidimos en que Thomas Savage genera la intriga desde el principio de la novela, con el pasaje de Phil castrando a los terneros, que puede simbolizar su propia frustración sexual, y mantiene nuestro interés en torno a este personaje y su secreto, que poco a poco, de forma sutil, iremos descubriendo: 

“Yo no diría nada sobre él y el amor” dice uno de los hombres de más edad que trabajan en el rancho y que lo conoce bien.

“Una de las razones por las que odiaba el alcohol era que le daba miedo lo que podría decir”, se afirma sobre Phil.

“Tenía una extraña sensación de distancia, incluso de soledad”, mientras observa cómo sus jóvenes trabajadores complacían a las prostitutas.

La Vieja Señora le dice al Viejo Caballero que Phil podría tener algún trastorno.

Cuando estaba en la universidad y las asociaciones de estudiantes, las fraternidades, le agasajaban tratando de atraérselo por su riqueza, “Hacía caso omiso de las jóvenes damas a las que hacían venir de un seminario femenino para que desfilarán delante de él, como reses premiadas”

Pero también Peter oculta algo, su venganza,  que progresivamente se nos desvela: 

“Peter -dijo Rose-. A veces creo que no me escuchas. ¿Me escuchas? Nunca sé lo que estás pensando”

“En la planta superior, Peter estaba delante de unas claraboyas que daban a la colina de artemisa (…) Se giró, se acercó al espejo que estaba sobre la estantería donde guardaba los libros de su padre y allí se peinó cuidadosamente. Cuando terminó, siguió mirándose y arrastró el pulgar por los dientes del peine. Sus labios formaron una sola palabra. Phil…”

“Madre -dijo-, no tienes que hacer esto (…) Me encargaré de que no tengas que hacerlo” (se refiere a que Rose bebe para poder soportar los desaires y humillaciones que sufre por parte de Phil)

“En ese barranco, a uno de cuyos lados corría uno de los antiguos caminos para vacas, Peter encontró exactamente el animal muerto que estaba buscando y le pareció apropiado que fuera Phil, en cierta manera, quien lo había guiado hasta él”.

Comentamos la cuidada estructura de la novela, que comienza con una frase tomada del Libro de oración común:

“Libra mi alma de la espada,

del poder del perro mi vida”

Y finaliza aclarando el significado de esta frase en la que está también incluido el título de la novela: “Puesto que ella ya era libre, gracias al sacrificio de su padre y al sacrificio que él mismo había podido hacer a partir de un conocimiento que había adquirido en los grandes libros negros de su padre. El perro estaba muerto”.

En cuanto a los temas, comentamos los siguientes:

La homosexualidad y cómo los que tienen esta inclinación sexual sufren el odio y el rechazo en una sociedad hostil, como la del Oeste americano, caracterizada por el machismo, la rudeza y la violencia. Incluso Phil, que, como se ha dicho, es homosexual, desprecia a Peter llamándolo despectivamente la señorita Nancy ante sus hombres para que estos se rían, y lo ridiculiza con este comentario: “Vaya, por Dios -dijo- Me pregunto qué joven señorita ha confeccionado estos ramilletes tan bonitos”. 

La venganza que Peter trama cuidadosamente y que acaba provocando la muerte de Phil, porque éste había humillado y golpeado a su padre; se había reído de él mismo por su afición a hacer flores de papel y por su amaneramiento; y le había hecho imposible la vida a su madre, una vez que esta se convierte en esposa de George.

El machismo, ya que la mujer es considerada como un ser inferior. En concreto para Phil “una mujer que fumaba en público era capaz de hacer cualquier cosa”; y paradójicamente tampoco Peter tiene una opinión positiva de ellas: “Pocos seres humanos, pensó, entendían mucho; mucho menos las mujeres”.

La discriminación de los indios, pues en la novela se cuenta cómo fueron obligados a desplazarse a las reservas, que se encontraban en terrenos áridos e improductivos. Phil les niega al padre y al hijo indios el acceso a sus tierras, aunque después Rose, sienta compasión por ellos y les permita acampar.

El progreso, representado por el cine y los automóviles, es detestado por Phil, que no ha visto ninguna película y le molesta el ruido de las bocinas de los automóviles porque espantan a los terneros. Estos avances los considera una forma de ostentación. Prefiere las diligencias tiradas por caballos. En cambio, los obreros que trabajan en el rancho siempre están ojeando revistas donde se anuncian productos novedosos, y a su hermano George le encantan los automóviles. Curiosamente el progreso acaba imponiéndose a la tradición, porque el que muere al final es Phil y el que sobrevive es su hermano.

Después de más de dos horas de debate, concluimos la sesión elogiando algunos rasgos del estilo en que está escrita El poder del perro: el lenguaje sencillo, pero al mismo tiempo expresivo y preciso; los flashback o analepsis para conocer el pasado de los personajes; el estilo indirecto libre del que se ha hablado; el simbolismo de la cuerda que le está haciendo Phil a Peter, que representa el lazo de amistad entre ellos, aunque también la muerte; y en especial las elipsis, que obligan al lector a reconstruir lo que se ha eludido, como, por ejemplo, el suicidio de Johnny o la muerte de Phil. Para desvelarnos esta última, Thomas Savage deja una serie de pistas:

“Estaba preparada para algo así” le dice la Vieja Dama al Viejo Caballero.

“Phil tuvo suerte de haberse puesto su traje de ciudad, porque lo necesitó un domingo por la noche”, se cuenta más adelante. 

“Había un representante de cada tienda donde los Burbank hacían negocios e incluso de aquellas en las que no lo hacían, puesto que pensaban en el futuro. Había acudido una comitiva del banco, por supuesto. Los propios ganaderos habían acudido con sus esposas…”

“Como el funeral sería a las dos (la hora habitual de aquella zona), lo habían organizado de modo que pudieran tomar un buen almuerzo…”

“En George, por su puesto, había recaído la deprimente tarea de escoger un ataúd…”.

Próxima lectura: La puerta de Magda Szabó, novela de la que hablaremos el 27 de abril, miércoles, a las 18 horas, en el Albergue Juvenil de Córdoba.

Guion sobre El poder del perro

El poder del perro

Club de Lectura del IES Gran Capitán

GUION PARA EL DEBATE

(16 de marzo, miércoles, a las 17 horas, en el Albergue Juvenil)

1. Presentación del autor en su época a cargo de Miguel Osuna

2. Opinión breve sobre la novela: si nos ha gustado o no y por

qué

3. Título: posibles significados

4. Punto de vista narrativo

5. Estructura

• Externa: ¿cómo se estructura formalmente?

• Interna: ¿qué representa el principio de la novela con Phil

castrando los terneros?, ¿qué nos parece el final?

6. Espacio: ¿en qué espacio se desarrolla la historia?, ¿tiene

relevancia?

7. Tiempo

• Externo o histórico

• Interno: ¿los hechos se cuentan cronológicamente o se

utilizan analepsis?

8. La intriga: ¿qué elementos contribuyen a generar la intriga?

9. Temas

• La homosexualidad: ¿de qué diferentes formas se

manifiesta?, ¿existe la homofobia?

• La amistad: ¿entre qué personales se gesta este

sentimiento?

• El amor

• El machismo

• El paisaje: ¿ejerce influencia sobre los personajes?

• El suicidio

• La venganza: ¿cómo y por qué trama su venganza Peter?

• La vejez: ¿cómo se muestra esta etapa de la vida en la

novela?

• El clasismo

• La discriminación de los indios

• Los sindicatos: ¿qué visión se ofrece de ellos?

• El progreso: ¿qué diferentes puntos de vista aparecen?

10. Personajes

• Phil

• George

• Rose

• Peter

• Bronco Henry: ¿qué función desempeña en la historia?

• Johnny Gordon

• Los padres de Phil y George

11. Estilo

• Lenguaje

• Elipsis

• Humor

• Estilo indirecto libre

• Simbolismo: la cuerda

12. Algunas frases para la reflexión

• “Le dice Johnny, antes de suicidarse, a su hijo: “jamás

prestes atención a lo que dice la gente. La gente no puede

saber qué hay en el corazón de los otros”.

• Y añade: “Debes ser amable, debes ser amable. Creo que

el hombre en el que te convertirás podría lastimar

terriblemente a la gente, porque eres fuerte (…) Ser amable

es tratar de apartar los obstáculos a los que se enfrentan

los que te quieren o te necesitan”

• “A veces no hay que conocer algo para recordarlo” le dice

el niño indio a su padre, Edward Nappo.

• “Desdeñar el dinero y respetar el tiempo era otra cosa que

aquel hombre (se refiere a Joe el ex convicto) había

aprendido en la cárcel”

13. Próxima lectura

La supervivencia

Esta fue una de las palabras que más se repitió ayer en la sesión del club de lectura que dedicamos a Zuleijá abre los ojos, novela donde se cuenta la historia de esta joven mujer que fue deportada a Siberia, junto con otras familias tártaras, durante la época de las colectivizaciones forzosas en la Unión Soviética. La supervivencia sólo es posible con la unidad del grupo, de tal forma que cada uno aportará lo que mejor sabe hacer.

La presentación de la autora, Guzel Yájina, corrió a cargo de María, que se refirió a su nacimiento en Tatarstán en 1977, a sus estudios de Humanidades y Educación en la Universidad Estatal de Tártara, y a su graduación en escritura de guiones en la Escuela de Cine. Trabajó en relaciones públicas y publicidad y comenzó a publicar sus primeros escritos, incluidos fragmentos de Zuleijá abre los ojos, en revistas.

La novela está inspirada en la vida de la abuela de la propia autora que fue deportada con tan solo siete años a Siberia; pero la protagonista representa también a muchas personas que pasaron por una situación similar. Zuleijá abre los ojos entronca con la tradición novelística rusa y su éxito en todo el mundo se explica sobre todo por la dimensión humana; por la capacidad de sobrevivir en un entorno hostil, que demuestran estos personajes.

El turno de opiniones breves lo iniciamos leyendo un correo de Paco Paños, que no pudo asistir a la sesión: “Con Zulejá abre los ojos la escritora Guzel Yájina nos hace compartir el aire de aquellos tiempos terribles, en la antigua URSS, en los que se pretendió imponer una Utopía sin miramientos, de la mano de unos individuos despiadados, que utilizaban el comunismo como señuelo. Esto es lo que más me ha interesado del libro, más que los avatares de las vidas, aunque todas merecen atención, Ignatov por encima del resto, más incluso que Zuleijá. En la faja del libro -añade Paco- hay unas palabras de Almudena Grandes, que recojo: «La he leído como si me la comiera, como si me la bebiera, como si necesitara avanzar por sus páginas para seguir respirando. Es una novela escrita con un material singular, una sustancia afín al corazón humano». No diría tanto, pero sí que es una novela de las que merecen la pena, de las que dejan huella”.

Miguel comentó que le había encantado, a diferencia de otras novelas que hemos leído recientemente en el club, porque hay una historia, unos personajes, una sustancia… Contó que en 1973 leyó un libro sobre la represión terrible llevada a cabo en la Unión Soviética, Un día de la vida de Iván Denísovich de Alexandr Soljenitsin, que le influyó mucho en la toma de decisiones, cuando estudiaba en la Universidad, incluido el no afiliarse al Partido Comunista. En Zuleijá abre los ojos, el protagonista, en su opinión, es el sistema, no tanto los personajes porque todos son víctimas y carecen de maldad, incluido Ignatov. Es una novela de supervivencia que te engancha desde el principio, aunque le falta penetrar más en la psicología de los personajes, quizá porque se trata de la primera escrita por su autora.

Bela confesó que le había atrapado tanto que no podía dejar de leerla, probablemente porque la voz narradora consigue transmitir los sentimientos  y sensaciones que experimentan estos personajes. Lo que más le había gustado es la metamorfosis de Zuleijá, desde su sometimiento completo al marido, a ser capaz de tomar sus propias decisiones, como le ha sucedido a muchas mujeres. También, la leyenda de los treinta pájaros que simboliza la historia de los deportados, porque, tanto unos como otros logran sobrevivir, cuando se unen.  

Enrique también valoró la evolución de los personajes, en especial  Zuleijá, que pasa de una dictadura familiar a otra política, aunque en esta paradójicamente se siente libre. Se trata de una mujer luchadora, capaz de superar todas las adversidades. Además, hay una crítica clara al sistema comunista que se implantó en la Unión Soviética, que ha sido  muy negativo para la humanidad.

A María le había seducido, como pocas novelas, pues congenia muy bien el contexto histórico con la historia de los deportados, que luchan juntos por la supervivencia. Le había gustado también la forma de sentir el bosque, respetándolo; la transformación de Zuleijá; etc.

Víctor reconoció que le había perjudicado leerla en el móvil, aunque la novela le había interesado desde el punto de vista histórico, en particular la crítica de las deportaciones forzosas y colectivizaciones agrarias, que no sirvieron para nada. También, las descripciones de paisajes y la visión del pecado que tiene Zuleijá, por ejemplo, cuando renuncia a mantener la relación con Ignatov, después de que su hijo esté a punto de perecer en la taiga, lo cual  ella interpreta como un castigo por el pecado cometido.

María Jesús manifestó que la autora no se recrea en la descripción detallada de los personajes, como hacían los novelistas rusos del siglo XIX, sino que opta por que se definan con su comportamiento. La novela tiene rasgos propios del realismo mágico por sus referencias a los espíritus (de la entrada de la casa, del bosque…), e incluso la colonia de trabajo que crean junto al río Angará, le recuerda al Macondo de Cien años de soledad. Citó algunas imágenes para ella inolvidables, como la de la tumba de las hijas de Zuleijá o cuando esta dispara en el bosque sobre el oso que está a punto de matar a su hijo. E igualmente han llamado su atención las historias secundarias, como la de la Vampira y la de su hijo, que aparece, al principio de la novela, con su cabeza apoyada en el vientre de la madre, como si fuera un bebé.

A Benito la novela le había cautivado y motivado para buscar información complementaria. En especial le había gustado el estilo cinematográfico en el que está escrita, tanto que tenía la sensación de haber visto una película sin tener que mirar una pantalla. Otro valor es que Guzel Yájina, a partir de una historia familiar, nos muestra toda una época, que a él le ha recordado a la historia de los primeros americanos. Los personajes, en particular Ignatov, están bien perfilados y forman un crisol de profesiones y trabajos. Finalmente, nos aconsejó ver la serie de televisión basada en la novela, muy bien ambientada e interpretada, y con una magnífica banda sonora.

Carmen felicitó a María por haber propuesto para el club esta novela, que a ella le ha encantado, hasta el punto de temer que se acabara, sensación que no tenía desde hace tiempo. Destacó la plasticidad de las descripciones y la capacidad para introducir al lector en todo lo que sucede. Los personajes le parece que están bien tratados y perfilados, particularmente el médico. También le había gustado la relación de los deportados con el bosque, donde encuentran leña para el fuego y comida para alimentarse. Por último, dijo que esta situación límite saca lo mejor de ellos, pues cada uno aporta algo en beneficio de todos.  

En el debate posterior sobre la novela, se coincidió en la importancia que tiene, para atrapar al lector, la voz que cuenta la historia: un narrador omnisciente que sabe todo de los personajes y cuyos pensamientos, a veces positivos, a veces, negativos, nos muestra e incluso valora: “¡Lo ha conseguido! ¡Se ha salido con la suya! ¡Eres un as, Zuleijá! ¡El pollo mojado se las sabe todas!” dice de la joven protagonista, después de que esta haya robado dos láminas de manzana del desván, sin que su marido se dé cuenta.

Igualmente, estuvimos de acuerdo en el simbolismo del título, Zuleijá abre los ojos, porque se refiere a que esta mujer, convertida en una esclava de su marido y su suegra, acaba tomando las riendas de su vida, a raíz de su deportación a la Siberia Oriental.

Comentamos los dos planos en los que se estructura la novela: el social, relacionado con las colectivizaciones forzosas en la antigua URSS, y el individual, que es la historia de Zuleijá. Ambos planos se van alternando, aunque poco a poco el segundo, con la liberación de la protagonista, se impone al primero. El final se consideró abierto porque quedan preguntas por responder, tanto referidas al futuro incierto de Yuzuf, que huye de la colonia de trabajo, como a la relación entre Zuleijá e Ignatov, que parece reiniciarse. 

En cuanto a los personajes, nos detuvimos en los tres más complejos, dinámicos e imprevisibles:

Ignatov, aunque es el comandante del Ejército Rojo que dirige a los deportados, siente dolor por ellos y las caras de los muertos se le aparecen en sueños impidiéndole dormir. Se considera culpable de sus desgracias, aunque también los cuida y defiende: “Personas, personas y más personas:  centenares de personas se yerguen ante él. Es él quien sale a recibirlos cuando llegan a este confín del mundo. él, quien los manda a la taiga, los atormenta con los trabajos inhumanos; los obliga con mano de hierro a cumplir el plan, los maltrata, los asusta, les impone castigos. También es él el quien hizo construirles casas, se deja la piel para proveerlos de alimento y medicinas, los defiende de las arbitrariedades del centro. Los mantiene a salvo. Y ellos lo mantienen a salvo a él”. Es pues un personaje ambivalente en su comportamiento y pasa de ser verdugo a víctima, cuando es destituido de su cargo por no prestarse al juego sucio y corrupto de Kuznets.

Zuleijá, a raíz de la muerte de su marido y la deportación, experimenta una transformación, pues se va alejando de la religión y las supersticiones, de las normas de conducta para una mujer honrada y sumisa que le había enseñado su madre, y se olvida de los muertos, para centrarse únicamente en su hijo. Además, descubre algo desconocido para ella: el amor hacia un hombre, que le permite realizarse como mujer.

Leibe es un profesor de origen alemán que trabaja en la Universidad de Kazán, como antes lo fueron su padre y su abuelo, y además ejerce la cirugía. Tiene cincuenta y cinco años pero ha perdido la memoria hace diez, los mismos que no sale de su habitación. Cree que vive en un huevo que lo protege de todo lo malo. Denunciado por contrarrevolucionario, es detenido y deportado, aunque no es muy consciente de la represión de la que está siendo víctima. Curiosamente, recupera la cordura y su capacidad como médico, cuando se siente útil, asistiendo al parto de Zuleijá.

Sobre los temas que aparecen en la novela, comentamos los siguientes:

El islamismo y los dioses paganos

Zuleijá profesa la religión musulmana, como lo demuestran los agradecimientos a Alá; pero también cree en los dioses paganos, pues evita pisar el umbral de la casa para no atraer a los malos espíritus;  lleva nueces o pipas a la “bichura del baño” para mantenerla contenta;  y dulces al “basu kaka iyase”, para que los malos espíritus no traspasen la linde del pueblo.

Por otra parte, la Vampira tiene sueños proféticos que anuncian normalmente sucesos negativos, como el incendio que destruyó el granero y el viejo baño, o la epidemia de fiebre aftosa que acabó con el ganado de Yulbash, o la muerte de las cuatro niñas que parió Zuleijá. 

Después, cuando Zuleijá se marcha deportada y se supone que la Vampira ha muerto, el espíritu de esta se le aparece para corregir su “mal” comportamiento.

Las deportaciones en la antigua Unión Soviética

El régimen comunista consideró enemigos del comunismo a los campesinos por ser explotadores, y a los intelectuales y artistas por ser parásitos de la sociedad y críticos con el sistema. Por eso, los deportan a Siberia, y no admiten que algunos de ellos ahorren dinero, cultivando las nuevas tierras, porque lo interpretan como una propensión irreprimible al individualismo. Al final, la represión afecta a todo aquel que manifieste algún tipo de disidencia, pues se convierte en elemento socialmente peligroso.

La liberación de Zuleijá

Es progresiva y se va manifestando, de forma sutil, a través de diferentes detalles: incumple la orden del marido de darle a la yegua el terrón de azúcar impregnado de veneno; conoce a mujeres independientes como Isabella, la cual le impresiona cuando recita poemas en voz alta; tiene un hijo, Yuzuf, que sobrevive, a diferencia de sus cuatro hijas, y que materializa su deseo de maternidad; y sobre todo mantiene una relación afectiva y libremente elegida con Ignatov, que le hace sentirse realizada como mujer.  

Esta liberación alcanza su cenit cuando rechaza a la Vampira: “¡Fuera de aquí!- le gritó Zuleijá, que sintió cómo una rabia sorda inundaba su cuerpo, cómo le ardían las raíces del cabello, cómo su corazón golpeaba en el pecho contra las costillas- ¡No te atrevas a volver a aparecer por aquí nunca más! ¡Esta es mi vida y tú ya no me das órdenes!”.

 El realismo socialista

Ikónikov es obligado por las autoridades soviéticas a pintar cuadros en este estilo artístico que tiene como finalidad extender la conciencia de clase y el conocimiento de los problemas sociales: “En esos lienzos rozagantes, leñadores, panaderas pechugonas y pioneros de mejillas sonrosadas aparecían sentados o de pie, solos o en grupo, y siempre dirigiendo sus miradas a la prístina lejanía”.

Las dos visiones de la muerte

La muerte que infunde temor tiene una presencia constante en la vida de Zuleijá: el fallecimiento de sus cuatro hijas, el asesinato de su marido, la muerte del grano enterrado para la próxima cosecha que se acabará pudriendo en la caja de madera; la muerte en los vagones que llevan a los campesinos deportados a Siberia; los 300 que murieron ahogados en el río Angará; etc. Pero también aparece una muerte, que no infunde temor, y que está presente en la taiga, estrechamente unida a la vida: “Allí la muerte es una presencia constante, pero una muerte simple comprensible, una muerte en cierto modo sabia y justa. Las hojas y las agujas caen de los árboles y los pinos y se pudren en la tierra, los arbustos se rompen bajo el peso de las enormes patas de los osos y se quedan secos, la hierba es pasto de los ciervos tanto como estos lo son de las manadas de lobos…”

El simbolismo de la leyenda de los 30 pájaros

Según la leyenda que le cuenta Zuleijá a su hijo, solo treinta de ellos resistieron firmes en su búsqueda del Semrug, el pájaro más hermoso y sabio de la tierra, al que querían nombrar rey, hasta que se dieron cuenta de que todos ellos, tanto juntos como por separado, eran Semrug.  

Esta leyenda es una alegoría de los treinta deportados que llegan a la taiga y se unen para sobrevivir. Prueba de ello es el nombre que le ponen a la colonia de trabajo, Semruk, que tan solo se diferencia en la letra final del nombre del pájaro.

Elogiamos, el estilo sencillo y ágil en el que está escrita la novela, que luce especialmente en algunos pasajes, donde literalmente vemos lo que está sucediendo, como cuando Zuleiá se hunde en el río Angará y está a punto de morir ahogada: “Su cuerpo experimenta otra sacudida y queda quieto por fin. Los brazos le cuelgan como fustas, las piernas se relajan. Las trenzas se estiran hacia lo alto, desplegándose lentamente, como algas. Zuleijá se va hundiendo, con la cara mirando al fondo y las trenzas erguidas. Baja, baja, ya llega la fonfo. las plantas de sus pies aterrizan en el limo y el suave impacto levanta una nube negra y perezosa. Después aterrizan los cabellos, las rodillas, la barriga…”.

Y también el fino sentido del humor del que hace gala Guzel Yájina, como por ejemplo, cuando Ikónikok les hace creer a Ignatov y  a Kuznets que las imágenes de París que aparecen en sus cuadros corresponden a Moscú, aprovechándose de que no conocen ninguna de las dos ciudades.

Próxima lectura: El poder del perro de Thomas Savage, novela de la que hablaremos el miércoles, 16 de marzo, a las 17 horas, en el Albergue Juvenil.

Guion sobre Zuleijá abre los ojos

Guión para el debate

(Sesión del 25 de enero, martes, a las 17 horas, en el Albergue Juvenil)

  1. Presentación de la autora en su época por María Sanjuán
  1. Opinión breve sobre la novela: si nos ha gustado o no y por qué.
  1. El título: ¿cuál es su significado simbólico?
  1. Punto de vista narrativo: ¿a quién corresponde la voz narradora?
  1. Espacio: ¿en qué espacios se desarrolla la historia?
  1. Tiempo: ¿qué tiempo abarca?
  1. Estructura

Interna: ¿en qué dos planos se estructura?, ¿cómo avanza el tiempo?, ¿se producen flashback?, ¿cómo interpretas el final?, ¿está todo resuelto o quedan preguntas sin resolver?

Externa: ¿cómo se estructura formalmente la novela?

  1. Personajes

Zuleijá

Murtazá

La Vampira

Ignatov

Nastasia

Leibe

Gorelov

Avdei 

Ashkenazi

Sumlinski

Ikónikov

Kuznets 

Yuzuf

  1. Temas

El islamismo y los dioses paganos

La discriminación de la mujer

La revolución de 1917: ¿qué supone para los campesinos y los intelectuales?, ¿y para los que participaron en ella y la defienden?

La deportación y la reeducación 

La supervivencia

La propaganda: ¿qué función desempeña en el régimen comunista?

El realismo socialista en el arte

La liberación de Zuleijá

El amor: ¿qué diferencia la relación de Zuleijá con su antiguo marido de la que mantiene con Ignatov?, ¿qué es más importante para ella el amor hacia este hombre o el que siente hacia su hijo?

La muerte: ¿qué dos visiones contrapuestas de la muerte aparecen en la novela?

Le leyenda: ¿qué valor simbólico tiene la de los 30 pájaros?

  1. Estilo

¿Por qué rasgos se caracteriza?, ¿se podría hablar de un estilo cinematográfico?

El arte de la narración y la descripción

El humor: ¿con qué finalidad lo utiliza? 

  1. Frases para la reflexión

“¿Y acaso puede haber vida si no se tiene rabia? ¿Qué clase de vida es esta? Nunca tendrás la vida que valga la pena vivir”, le dice la Vampira a Zuleijá.

“Su madre solía decirle que el trabajo aleja las penas”

“La muerte es ubicua; más hábil, más lista, más poderosa que la vida, esa tonta criatura que siempre pierde el duelo que entabla con ella”

“La libertad es como la felicidad, para unos nociva y útil para otros“

“Intentar es palabra de flojos. Los comunistas no intentan las cosas sino que las hacen”

“Partir es morir un poco“ es un proverbio que le enseña Isabella a Yuzuf.

“Para alcanzar una meta, basta perseguirla” es otro proverbio 

  1. Próxima lectura

La voz de la narradora

Si algo quedó claro en la sesión del club de lectura del pasado jueves, que dedicamos a Nada, es la importancia de la voz narradora, pues esta explica el tratamiento de los personajes. En efecto, la personalidad de Andrea, una adolescente apocada y triste, que es trasunto de la propia Carmen Laforet, explica el tipo de personajes distorsionados e inverosímiles, en opinión de algunos de los asistentes.

La presentación de la autora en su época, a cargo de Carmen Jurado, fue rigurosa y prolija, y nos descubrió aspectos poco conocidos de Laforet. Nació en Barcelona en 1921, pero su familia se trasladó pronto por motivos laborales a Las Palmas, donde pasó una niñez dichosa y lectora. Sin embargo, la muerte prematura de la madre fue un duro golpe para ella. Además, la relación con su madrastra no fue buena. Viaja con dieciocho años a Barcelona, donde se aloja en casa de sus abuelos, para estudiar Filosofía y Letras, aunque no termina la carrera. En Madrid empezó Derecho, estudios que también abandonó. Su primera novela, Nada, con la que ganó el Premio Nadal, fue un éxito de lectores y de crítica, una auténtica revelación literaria, que abre el camino a otras mujeres escritoras, como Carmen Marín Gayte, Ana María Matute o Josefina Aldecoa. Juan Ramón Jiménez dijo sobre esta novela: “Le quiero señalar entre lo que considero más completo de su Nada, el extraordinario capítulo 4, con su diálogo tan natural y tan revelador entre la abuela y Gloria (…) Nada, como todo lo auténtico, es de aquí también, y de hoy, y será de mañana y de otra parte cualquiera, como es de ayer y de todos”.

Sus novelas posteriores (La isla y los demonios, La llamada, La mujer nueva, Paralelo 35…), en general, defraudan, tras las altas expectativas que había despertado la primera. Además su vida personal no va bien, pues acaba divorciándose de Manuel Cerezales con el que había tenido cinco hijos. Viaja a Estados Unidos para impartir una serie de conferencias sobre Nada, novela que era muy valorada en aquel país. Allí conoce a Ramón J. Sender, con el que mantiene una larga relación epistolar, donde se refiere a su inseguridad patológica y su fobia social. Muere a consecuencia del Alzheimer en 2004.

Terminó su presentación estableciendo un paralelismo entre Carmen Laforet y Andrea Abreu, nuestra anterior anfitriona del club: el madrugador éxito literario de ambas, su juventud creativa, sus vivencias canarias, su rompedor estilo en los contextos literarios respectivos… Leyó a este propósito una cita de la propia autora: “En verdad, es el mundo que domina secretamente la vida. Secretamente, infinitamente, la mujer se adapta y organiza unas leyes inflexibles, hipócritas en muchas ocasiones para un dominio terrible. Las pobres escritoras no hemos contado nunca la verdad, aunque queramos. La literatura la inventó el varón y seguimos empleando el mismo enfoque para las cosas. Yo quisiera intentar una traición para dar algo de ese secreto, para que poco a poco vaya dejando de existir esa fuerza de dominio y hombres y mujeres nos entendamos mejor, sin sometimientos ni aparentes ni reales, de unos a otros… Tiene que llover mucho para eso. Pero ¿verdad que está usted de acuerdo en que lo verdaderamente femenino en la situación humana las mujeres no lo hemos dicho, y cuando lo hemos intentado ha sido con un lenguaje prestado, que resultaba falso por muy sinceras que quisiéramos ser?”.

Enrique, que inició el turno de opiniones sobre Nada, dijo que su lectura le había encantado, porque te seduce desde el principio. En su opinión es una novela morbosa, porque se recrea en lo malsano, aunque la narradora no juzga. Hay tipos amorales, como Román, aunque también buenos, como la abuela. Tiene puntos melodramáticos, por ejemplo, que la madre de Ena hubiera tenido también una relación con Román, y su final le parece de cuento de hadas. Está escrita con austeridad.

Benito reveló que, aunque la había leído en muy poco tiempo, le había enganchado, sobre todo por los personajes femeninos que aparecen y que ha visto en su propia familia. Merecerían una película de Pedro Almodóbar, añadió. En cuanto al contenido social, destacó a la burguesía catalana que apoyó al franquismo y a la que pertenecen las familias de los amigos de Andrea.

A Víctor le había gustado mucho, especialmente por la complejidad de los personajes, cuyo comportamiento te sorprende continuamente. Por lo demás, Carmen Laforet refleja bien la sensación de hambre de la posguerra y brilla sobre todo en la descripción de los paisajes, según el estado de ánimo de la protagonista.  

A José Ángel la relectura le ha permitido encontrarse con otra novela, aunque no la ha disfrutado tanto como en ocasiones anteriores, quizá por la ausencia de una historia. No obstante, leyendo de nuevo Nada, ha sufrido, como su narradora-protagonista, lo cual no deja de ser un mérito de la autora. Es una novela de personajes femeninos potentes.

Bela comentó que le había atrapado y angustiado, aunque, una vez conocido su desenlace, acabó la lectura con más tranquilidad. La historia de Andrea le había recordado su propia historia personal, cuando estudió en la universidad de Sevilla y se alojó en la casa de dos hermanas mayores de mentalidad conservadora, aunque afortunadamente no pasó hambre como la protagonista de Nada.

Lola confesó que no tenía claro si le había gustado mucho o no, pues ve como luces y sombras. Hay aspectos de la historia que le parecen inverosímiles, como, por ejemplo, que todo lo malo se concentre en el personaje de Román. Además, lo relativo a los derechos de la mujer se queda en la trastienda, probablemente por la época en la que fue escrita. Le parece una novela catártica, en el sentido de que fue un desahogo existencial para la joven autora.

Carmen dijo que esta segunda relectura voluntaria, pues la primera fue obligatoria, le había permitido entender por qué es una novela grande. Refleja el tópico de la apariencia y realidad, porque los personajes aparentan lo que en realidad no son: Angustias, a pesar de sus principios religiosos tradicionales, mantiene una relación extramatrimonial con su jefe; Román, bajo su aparente sensibilidad, oculta a un ser mezquino y manipulador; etc. También le ha interesado el espacio cerrado y sucio del piso, donde vive Andrea, frente a sus salidas liberadoras por las calles de Barcelona.  

Para María Jesús volver a leer Nada ha supuesto que la historia tome más relieve y le ha llevado a formularse preguntas: ¿Qué mensaje te queda? ¿Se trata de una obra determinista? ¿Su final es feliz? En cualquier caso, la considera una novela donde destacan los personajes femeninos, como Gloria, que le resulta enternecedora y apasionada; y la abuela que tiene sentido común ejerciendo de mediadora; sin embargo, Andrea le parece una joven abúlica e indolente.

Paco también la conocía y, al leerla de nuevo, le ha parecido una novela sobrevalorada por la inverosimilitud de los personajes, con la excepción de Gloria. No obstante, esta impresión se la cuestionó, después de la lectura de un texto de Rosa Montero, en el que habla de una visión distorsionada de la realidad, de un tono febril, experimentado por la propia Carmen Laforet, al escribir la novela. Bajo este prisma, ha entendido el valor de Nada y que sus personajes estén tan alejados de la realidad.

A María, finalmente, le ha gustado releerla y considera que todo se ve a través de los ojos de Andrea, lo que le da un tono existencial. Esto explica, además. la complejidad extraña de los personajes que nos sorprenden continuamente. Se ha puesto en el lugar de ella y se ha metido de lleno en su peripecia vital. Por otra parte, concluyó, en la novela se aprecia cómo la miseria saca lo mejor y lo peor de las personas.

En el debate posterior, hablamos en primer lugar de los personajes y, ligado a estos, de los temas más relevantes:

La ilusión de Andrea de ser independiente y libre choca con la sordidez de la casa de sus familiares, que discuten entre sí frecuentemente. Esto le decepciona y le causa tristeza, de tal manera que sólo encuentra una válvula de escape en la cordialidad de sus compañeros de universidad, en especial, Ena. Por lo demás, sabemos que Andrea está muy delgada y que no es una mujer coqueta, dado que no tiene interés ni por los vestidos, ni por los peinados, ni por el maquillaje, a diferencia de Gloria. En este sentido, rompe con el arquetipo femenino de la novela rosa, tan en boga en la época de la posguerra.

Ena probablemente está inspirada en la amiga de Carmen Laforet, Linka Babecka, que fue denunciada y detenida por ayudar a refugiados polacos, que huían del nazsimo. Es atractiva, maliciosa e inteligente, y traba amistad con Andrea. Oscila entre su novio formal, Jaime, del agrado de su familia, y su pasión secreta por Román, al que abandonó, después de seducirlo, porque le temía y porque quería humillarle como él hizo con su madre.

Román le parece a Andrea un artista maravilloso y único; pero en realidad es mezquino y manipulador. Tiene sometidos a todos los demás o al menos él lo cree así: “Tú no te has dado cuenta de que yo los manejo a todos”. Su suicidio final quizá se explica por la doble humillación que sufrió por parte de Gloria y Ena, cuando él estaba convencido de que las dominaba, como había hecho siempre con todas las mujeres.

Juan

Un tipo descarnado y alto, que tiene la cara llena de concavidades como una calavera. Es otro tío de Andrea y se lleva mal con su hermana Angustias, a la que llama bruja. Es de carácter inestable y tiene reacciones violentas, sobre todo por las provocaciones de su hermano, de quien se siente inferior. Además, maltrata a su mujer. Es un artista fracasado.

Gloria 

Responde al modelo de mujer maltratada, pues está enamorada de Juan, a pesar de las palizas que este le propina. Tiene un alto concepto de sí misma; ya que se considera joven, guapa y libre. Juega por las noches en casa de su hermana para ayudar económicamente a la familia, aunque nos queda la duda de si en realidad se dedica a la prostitución. Odia a Román porque la despreció cuando ella estaba enamorada de él.

La abuela 

Una mujer vieja que está trastornada y nunca duerme, según dice ella; pero es buena, pues comparte la escasa comida que le corresponde con su nieta y permite que Gloria venda los muebles viejos para comprar alimentos.

Comentamos que no se puede hablar de un intriga central que vayamos descubriendo hasta que se resuelva; pero Carmen Laforet sí sabe despertar el interés sobre los personajes:  Andrea de la que tenemos que reconstruir sus rasgos físicos y sobre todo psicológicos a partir de sus reacciones ante los hechos que cuenta; Román y su personalidad enigmática y contradictoria; Juan y el origen de su agresividad; Gloria y sus misteriosas salidas nocturnas; la criada y su atracción por Román; la relación sentimental que mantiene Angustias con su jefe; etc. 

Coincidimos en que los espacios, tanto interiores como exteriores, desempeñan un papel fundamental en la historia: el piso donde vive Andrea está sucio y destartalado, en consonancia con la inmoralidad de sus familiares; la buhardilla de Román también se adecua a la personalidad artística y excéntrica de éste; el cuarto de baño es para Andrea como una válvula de escape porque allí, al ducharse, se libra de la suciedad que le rodea, como también las calles de Barcelona representan para ella una forma de liberarse de ese ambiente sórdido del piso.

Las tres partes en que se divide formalmente Nada no se corresponden con la división tradicional de introducción, nudo y desenlace. En concreto la separación entre la segunda y la tercera parte no parece estar justificada, salvo si pensamos que el diálogo entre Andrea y Margarita, con el que se inicia esta, es importante para el desarrollo de la historia, porque el primero de estos personajes femeninos, a petición del segundo va a precipitar el desenlace trágico con su intervención. Además, Andrea, como Margarita, parece encontrar en la maternidad un posible sentido a la vida: “Cuando la madre de Ena terminó de hablar, mis pensamientos armonizaban enteramente con los suyos”.

Nos referimos al título, Nada, cuyo significado se explica al final de la novela: “Me marchaba ahora sin haber conocido nada de lo que confusamente esperaba: la vida en su plenitud, la alegría, el interés profundo, el amor. De la calle de Aribau no me llevaba nada. Al menos así creía yo entonces”. No obstante, esta última frase generó algunas dudas sobre dicho significado.

Finalmente, después de más de dos horas de animado debate, comentamos la forma en la que está escrita Nada: un lenguaje sencillo y natural, en las partes narrativas y dialogadas, combinado con un estilo más elevado en las descripciones, que se impregnan de los sentimientos de Andrea. Dentro de este enfoque subjetivo, destacan las animalizaciones para degradar a los personajes:

Gloria “tiene un perfil de rata mojada”

Las amigas de Angustias son “como pájaros envejecidos y oscuros”

La madre de Ena parece “un pájaro extraño y raquítico”

Juan olfatea como un perro.

Le dice Gloria a Román: “te quiero igual que el cerdo que se lleva al matadero”

“La voz de Román reptaba, como una serpiente, llegando a mí”

Próxima lectura, a propuesta de María: Zuleija abre los ojos de Guzel Yájina. Hablaremos de esta novela el 26 de enero, miércoles, a las 17 horas, en el Albergue Juvenil de Córdoba. 

Guion sobre Nada

CLUB DE LECTURA DEL IES GRAN CAPITÁN

GUION PARA EL DEBATE

(Sesión del 2 de diciembre, a las 17 horas , en el Albergue Juvenil)

  1. Presentación de la autora en su época a cargo de Carmen Jurado.
  2. Opinión breve sobre la novela: si nos ha gustado o no y por qué.
  3. Inspiración autobiográfica
  4. La censura franquista y Nada
  5. Género literario: ¿novela de iniciación a la vida adulta?, ¿novela existencial?
  6. Punto de vista: ¿quién nos cuenta la historia?, ¿se la puede considerar narradora-protagonista o narradora testigo?
  7. Estructura: externa: ¿formalmente cómo se estructura la novela?, ¿tiene justificación esta división? Interna: ¿se puede hablar de intriga?, ¿cómo se puede interpretar el final?
  8. Espacio: ¿qué diferencia hay entre los espacios interiores y los exteriores? ¿Se les puede atribuir un valor simbólico?
  9. Tiempo: externo: ¿en qué época tiene lugar la historia? Interno: ¿cómo es este desarrollo?, ¿lineal o se producen saltos en el tiempo?
  10. Temas: el deseo de libertad, la decepción, la maternidad, el amor, la sordidez y la pobreza, la guerra civil, el maltrato a la mujer, la belleza, la muerte. 
  11. Personajes: Andrea, Ena, Juan, Gloria, La criada, Angustias, la abuela, Román, la madre de Ena, Pons. 
  12. Estilo: características generales, impresionismo subjetivo de las descripciones,  animalizaciones para degradar algunos personajes…
  13. Próxima lectura