Construir entre todos

Esto es lo que hicimos ayer tarde en el club de lectura: construir Seda, una novela que sugiere mucho más que lo que cuenta. Los asistentes a la sesión (dos alumnas, un padre, tres madres, dos profesores y cuatro profesoras) nos pusimos a la labor, desde el principio, tendiendo puentes, llenando espacios vacíos, desvelando elipsis, asignando significados a los símbolos, etc.

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El autor, Alessandro Baricco, cuyo atractivo físico no pasó inadvertido para algunas madres, fue presentado por María Sanjuán, quien refirió: sus conocimientos de música clásica y, por tanto, su preocupación por el ritmo de la escritura; su adaptación de la Ilíada de Homero, para que los italianos descubrieran o redescubrieran el placer de la lectura n voz alta; su labor en la escuela de técnicas de escritura Holden; y otras obras escritas por él como: Tierras de cristal, Océano mar, City, Sin sangre y sobre todo Novecento, monólogo teatral, que tuvimos la oportunidad de ver, hace algunos años, en el centro, en aquel inolvidable montaje del grupo Ñaque Teatro, y al que dedicamos una exitosa sesión de nuestro club de lectura.

En el turno de opiniones breves sobre la novela, ya quedaron en el aire algunas preguntas:

  • ¿A qué género pertenece Seda? ¿Es una novela o un cuento para ser leído en alto?
  • ¿Por qué se desarrolla una parte importante de la historia en Japón?
  • ¿Existe la mujer con rostro de muchacha o es un producto de la imaginación de Hervé?
  • Son una misma persona esta mujer y Hélèn?
  • ¿Es algún personaje dueño de su destino?
  • ¿Cómo finaliza? ¿Quién le descubre a Hélèn la historia de amor de su marido?

A estas interrogantes y a otras que surgieron, a lo largo de la sesión, les fuimos dando respuesta poco a poco, porque a todos los asistentes nos había gustado este cuento para ser narrado oralmente. Así, lo consideramos, por su brevedad; por la escasez de descripciones, que son muy precisas y sugerentes; por la abundancia de diálogos, que tanto llamaron la atención de Yoana; y sobre todo por la repetición de los pasajes alusivos al viaje propiamente dicho, que fijan la atención de los lectores:

“Hervé Joncour partió hacia Japón a primeros de octubre. Cruzó la frontera francesa  cerca de Metz, atravesó Württemberg y Baviera, entró en Austria, llegó en tren a Viena y Budapest, para proseguir después hasta Kiev. Recorrió a caballo dos mil kilómetros de estepa rusa, superó los Urales, entró en Siberia, viajó durante cuarenta días hasta llegar al lago Baikal…”

Hablamos de Japón, donde se desarrolla parte de la historia, que es un país exótico, por su lejanía y porque tiene una cultura distinta a la occidental. Además, según se cuenta en la novela, permaneció aislado del resto de la humanidad, durante 200 años, rechazando cualquier contacto con el continente y prohibiendo el acceso a todo extranjero, y  en consecuencia estaba libre de la enfermedad que afectaba a los gusanos de seda. Por eso, viajó Hervé a este país.

Nos interesaron especialmente los personajes, comenzando por el protagonista, que en principio se muestra poco apasionado, pues no aspira a vivir la vida sino a contemplarla; pero que evoluciona hacia un hombre enamorado de una mujer inalcanzable, que desea vivir su vida intensamente.

Hélèn es una mujer tranquila y aparentemente fría; pero en el fondo está completamente enamorada de su marido, como demuestra el escrito que mandó traducir al japonés a Madame Blanche, donde le expresa sus sentimientos más profundos, que hasta ese momento había sido incapaz de manifestar.

Barbadiou es un personaje en apariencia secundario, pero, como dijo Carmen, nos da algunas de las claves de la novela. Llama la atención su generosidad, ya que le gusta compartir sus secretos con los demás; es el que pone en marcha la historia con su llegada al pueblo; y el que resuelve el final, contándole a Hélèn la historia de amor que está viviendo su marido en Japón. Se muestra seguro de sí mismo, aunque en realidad es un escéptico que cree en el destino. A algunos de los asistentes, como Victoriano, les pareció poco creíble por su comportamiento con el alcalde, al que califica de idiota, porque no ha entendido el negocio de los gusanos de seda.

La mujer con rostro de muchacha, con la que apenas tiene contacto Hervé, representa el ideal femenino de éste; por eso, se preguntaba Toñi con insistencia si no serían la misma persona. María Madrid, por su parte, interpretaba esta relación como un amor platónico.

Otro personaje secundario que desempeña una función capital en la historia es Madame Blanche, una mujer enigmática, porque no sabemos la razón por la que ha huido de Japón; experimentada en las artes amatorias; y desencantada del mundo. Es la que traduce la nota de la mujer con cara de muchacha (“Regresad o moriré”) y quien deposita la corona de flores azules en la tumba de Hélèn, lo cual permitirá a Hervé averiguar la verdadera autoría de la carta de amor.

También nos detuvimos en el simbolismo, tan importante en esta obra que sugiere más de lo que cuenta:

  • Los delfines simbolizan: la alegría, la trascendencia, la amistad, la generosidad, el amor a la comunidad, el poder.
  • Los pájaros son regalados por los hombres a las mujeres para honrar la fidelidad de estas. Por eso, en la novela, cuando están encerrados simbolizan el amor no manifestado o materializado; y en cambio, libres encarnan la felicidad, porque el amor puede expresarse de alguna manera.
  • El parque representa el fin del mundo, es decir, Japón. Hervé lo construye para recordar el amor hacia la mujer con rostro de muchacha.
  • El lago simboliza la vida leve, no materializada, apenas vivida, del protagonista; frente al agua corriente del río, que hubiera representado una existencia más plena.
  • La huella de los labios en la taza representa el amor y la pasión.
  • La seda transparente y su roce es como una metáfora de las ilusiones y sueños del protagonista:

“Envuelta en un vestido de seda espléndido, la mujer con el rostro de muchacha estaba sentada a su lado. Hervé Joncour se hallaba en el extremo opuesto de la habitación (…) Mil veces buscó los ojos de ella y mil veces ella encontró los suyos. Era una especie de triste danza, secreta e impotente. Hervé la bailó hasta bien entrada la noche, después se levantó, dijo algo en francés para disculparse, se zafó como pudo de una mujer que había decidido acompañarle y, abriéndose paso entre nubes de humo y hombres que le vociferaban en aquella lengua suya incomprensible, se marchó. Antes de salir de la habitación, miró un última vez hacia ella. Le estaba mirando, con ojos completamente mudos, a una distancia de siglos.”

En cuanto a los temas, constatamos que ninguno de los personajes parece ser dueño de su destino: el de Hervé, primero lo escribe su padre, después Balbadiou y finalmente la mujer con rostro de muchacha; el de esta lo establece Hara Kei, a quien está sometida; el de Balbadiou depende del manco, que un día “acertó un golpe a cuatro bandas imposible, con efecto de retorno”; el de Madame Blanche lo señala una mano desconocida; etc.

También el valor de los viajes, mencionado por Pepa, que le permiten al protagonista y a nosotros, los lectores, con él, rememorar la ruta de la seda, conocer países y culturas diferentes, abrir la mente y romper con la existencia rutinaria, encontrar un sentido para vivir, no solo para contemplar la vida.

Y el papel del silencio que hace volar nuestra imaginación, multiplica la capacidad de sugerencia de las palabras, envuelve en misterio la casa de Hara Kei, etc.

Nos dieron las ocho de la tarde, ya llevábamos hablando casi dos horas, y apenas habíamos notado el paso del tiempo. Parece como si éste se hubiera congelado, tan absortos estábamos en el mundo misterioso de Seda. Quizá  haya sido el libro que más ha captado nuestra atención y el que más ha demandado nuestra labor, como lectores, para completar lo escrito por el autor.

Posdata: Todos esperamos, con una cierta expectación, la crítica habitual de Ana; pero esta no se produjo, porque, según comentó a lo largo de la sesión, Seda le había encantado.

Próximas lecturas:

  • El rostro de la sombra de Alfredo Gómez Cerdá, novela que ha gustado especialmente a los alumnos y alumnas de 3º de ESO. La sesión tendrá lugar el  martes, 22 de abril, a las 18 horas. Queremos un llenazo este día en el club de lectura.
  • Si esto es un hombre, libro que va a leer el alumnado de 1º de Bachillerato y en el que Primo Levi cuenta su terrible experiencia en un campo de concentración nazi. Hablaremos de él el martes, 6 de mayo, a las 18 horas. La Biblioteca del centro ha adquirido dos ejemplares para quien quiera leerlo en formato impreso.

 

2 pensamientos en “Construir entre todos

  1. Muy completa y redonda, Matías, la crónica. Lo tienes difícil, pero consigues superarte en cada entrega.
    Gracias por conseguir que sigamos disfrutando del eco de la sesión, con tus palabras.

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